1.- Seguir una dieta mediterránea: alimentos frescos y naturales con abundancia de frutas, verduras y hortalizas.
2.- Reducir el consumo de grasas animales y limitar el consumo de platos precocinados.
3.- Evitar el tabaco.
4.- Hacer entre 4-5 comidas al día, siendo las cenas ligeras.
5.- Controlar el peso.
6.- Realizar actividad física diaria de acuerdo con las posibilidades.
7.- Beber abundantes líquidos, mejor entre horas.
8.- Moderar el consumo de dulces, repostería, bebidas azucaradas y bebidas alcohólicas.
9.- Consumir suficiente fibra.