1.- Limita el uso del GPS. Si no lo haces, cada vez costará más aprender una ruta. Ayuda a que tu cerebro se agudice.
2.- Calcula mentalmente la distancia entre dos puntos. Te ayudará a mejorar tus habilidades al establecer relaciones espaciales.
3.- Mira el mapa sólo antes de salir. Ya en la calle, guíate por lo que has visto e intenta no mirar el mapa de nuevo.
4.- Atrévete a ser el guía por un día. Toma la iniciativa aunque tengas bajos niveles de orientación o percepción espacial.
5.- Deduce si una cosa cabe dentro de otra. Si la comida cabe en el tupes, la ropa en la maleta o en el sofá que vas a comprar tu salón.
6.- Sé un artista. Dibuja lugares que ves lo más realista posible. No te agobies, sólo practica las relaciones espaciales y de paso relájate.
7.- Haz puzzles. Así desarrollamos la percepción figura-fondo y nos ayuda a comprender que un todo puede estar dividido en distintas partes.
8.- Atrévete con los videojuegos. Los juegos de rol o de aventuras gráficas te ayudarán con la orientación y el reconocimiento del espacio.
9.- Mejora tu percepción de forma profesional. Existen programas profesionales para ello, como Burulogy y sus ejercicios digitales, evaluación y mejora.